Embargo a Catar: Manejable por el momento, pero no perennemente
El 5 de junio de 2017, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin (conocido como el cuarteto árabe o del Golfo) anunciaron que rompían lazos diplomáticos con Catar, debido a la relación que sostiene el país con Irán y a las acusaciones de apoyo al extremismo. Aunque el embargo ha tenido algún impacto sobre Catar, el país ha sido capaz de suavizar los efectos de la crisis. La mayor amenaza para la economía de Catar sería si la crisis se prolonga más que unos meses.
La situación bajo control gracias al respaldo del gobierno
Catar, el mayor exportador mundial de gas natural licuado, hasta ahora, ha sido capaz de suavizar los efectos del embargo, principalmente gracias a sus reservas de efectivo y oro. El gobierno ha tomado medidas inmediatas y efectivas, las cuales, conjuntamente con las crecientes exportaciones de energía, han conseguido mitigar los desafíos emanados de la crisis. Coface prevé que la economía catarí crecerá en un 3.4% en 2017 y 3% en 2018.
El respaldo del gobierno, principalmente en forma de depósito de miles de millones de dólares en el sistema bancario local para sostener la liquidez, ha ayudado hasta ahora, a la economía catarí a enfrentar los impactos negativos de la crisis, a pesar de que los residentes del Golfo han comenzado a retirar sus depósitos. Otra medida ha sido reorganizar las cadenas de distribución, en cooperación con otros socios regionales e internacionales, como lo es Turquía. Mientras tanto, las exportaciones de hidrocarburos de Catar continúan elevándose. Durante el primer semestre de 2017, las exportaciones de gas natural de Catar aumentaron un 19.3% comparado con el año anterior, y sus exportaciones petroleras crecieron 31.6% durante el mismo periodo.
Resiliencia del sistema bancario nacional
Los depósitos públicos permanecieron como una fuente clave del financiamiento para los bancos de Catar. Su participación dentro del total de los depósitos bancarios aumentó a 38% en agosto desde un 32% registrado en junio, como medida el gobierno inyectó dinero dentro del sistema bancario para compensar la disminución en el financiamiento externo. El financiamiento del Banco Central de Catar hacia la banca comercial, ahora juega un papel importante en el mantenimiento de la liquidez en el sistema bancario. Durante el próximo periodo, a pesar de la persistente salida de flujos debido a la crisis diplomática sin resolver, la calidad de los activos del sistema bancario catarí permanecerá alta ya que los bancos se encuentran respaldados por la inmensa reserva de capital del gobierno, la cual mantiene la liquidez en niveles confortables.
Podrían surgir desafíos a mediano plazo si no se encuentra una rápida solución a la crisis
Si las partes involucradas toman un periodo mayor a unos meses para encontrar una solución, los costos de importación de Catar continuarán aumentando aún más. Esto impediría el crecimiento en varios sectores claves, como en la construcción, donde los precios serían presionados debido a los altos costos de los materiales utilizados en la misma. Esto perjudicaría el desempeño del crecimiento del país, a pesar de las intervenciones del gobierno para reducir los riesgos financieros y fiscales. Además, esta continua incertidumbre política, arrastraría a la baja a las inversiones, particularmente en los sectores no relativos a los hidrocarburos. Esto, combinado con la política monetaria restrictiva (debido a la paridad fija contra el dólar) y el bajo apoyo público, moderaría el crecimiento de los sectores no concernientes a los hidrocarburos.
El sistema bancario también sería afectado por las débiles condiciones económicas, menor confianza de los inversionistas y salida de depósitos, haciendo de importancia el monitorear la liquidez del sistema bancario catarí.
En resumen, cualquier deterioro mayor en la actual situación resultaría en mayores costos para la economía catarí. Estos impactos negativos podrían ser mitigados si los precios de los energéticos continúan en recuperación. La expansión del sector de la construcción y mayores proyectos de infraestructura podrían mantener el impulso en otras actividades manufactureras. Estos desarrollos apoyarían el crecimiento de los sectores no relativos a los hidrocarburos.