África subsahariana: tocada, pero no hundida
Debilidad del crecimiento mundial, caracterizada particularmente por la desaceleración de China, el impacto sobre los precios de las materias primas... África subsahariana no ha sido inmune a la tempestad mundial e intenta mantener el crecimiento contra viento y marea. Los productores de materias primas son los más afectados. La capacidad de adaptación a estos impactos es crucial para que estos países sean capaces de continuar su viaje, especialmente en un contexto de marcado deterioro de las condiciones de financiación. Algunos han tomado decisiones rápidas y han implementado ajustes a través de una combinación de políticas más restrictivas, pero otros han encontrado más difícil reconocer la insostenibilidad de sus políticas económicas. Nigeria, por ejemplo, después de intentar resistir sin éxito las presiones a la baja sobre su moneda, decidió el 20 de junio adoptar un régimen de tipo de cambio más flexible. Pero esta tierra de oportunidades que es África subsahariana, ¿sigue navegando viento en popa? ¿Continuarán obstaculizando estos impactos cíclicos la trayectoria de estas economías y amenazando su potencial de crecimiento?
Estos vientos desfavorables persistirán probablemente en el corto plazo, a pesar de la relativa estabilización de los precios de las materias primas observada desde el comienzo del año. A pesar de que la trayectoria del "continente del futuro" ha sido interrumpida, y sin negar la existencia de debilidades (infraestructura, gobernabilidad, estabilidad política, etc.), África subsahariana está lejos de hundirse. Incluso los países más debilitados durante los últimos años tienen fuertes ventajas estructurales. Estos podrían recuperarse en el mediano plazo, ofreciendo así perspectivas atractivas para las empresas en busca de oportunidades, listas para soltar las amarras y lanzarse a la aventura.
Particularmente, el potencial del consumo privado, en un contexto de potencia demográfica, parece muy alentador en Nigeria, Angola, Ghana y Sudáfrica. En consecuencia, ofrece posibilidades reales de expansión para las empresas, sobre todo en el sector de la venta minorista, aún cuando la diversificación de productos y la evolución de la gama podrían ser bastante lentos. El aumento del número de centros comerciales, construidos tanto por grupos africanos como extranjeros, es también una indicación de la confianza de los inversores. Por otra parte, el sector de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), en plena expansión, abre horizontes prometedores en estos mismos países. Las redes telefónicas se multiplican, las tasas de penetración de la telefonía móvil, en aumento pero aún bajas, sugieren un amplio margen de crecimiento. El mercado africano de las TIC en África es tanto más atractivo, ya que muchos servicios se ofrecen a través de los móviles (finanzas, comercio, agricultura, etc.), proporcionando de esta manera a los habitantes de las regiones rurales la oportunidad de acceder a una serie de servicios que de lo contrario no recibirían. De modo que sí, África subsahariana ha sido tocada, ¡pero no se hunde!