Sector metalúrgico a nivel mundial
Los precios continúan a la alza en 2018, anticipando una posible desaceleración para 2019
- El sector metalúrgico ha gozado de tendencias a la alza en precios y una demanda creciente desde mediados de 2016
- El proteccionismo creciente en Estados Unidos y Europa, junto con medidas de represalia de parte de China, han impactado la confianza en los negocios y en las inversiones, pero aún no han obstaculizado el crecimiento económico
- Se esperan tendencias mixtas hasta finales de 2019: es probable que aumenten los precios de los metales base, pero los metales ferrosos deberían descender penalizados por el exceso de capacidad
El mercado metalúrgico es optimista pero permanecen los riesgos altos
Dentro de un contexto de un crecimiento económico bien sincronizado, los cambios tecnológicos impulsan una oleada en el uso de los metales y un déficit en el abastecimiento, los metales han sido beneficiados por un mercado alcista desde mediados de 2016. No ha sido observado un aumento en la demanda de esta dimensión desde el periodo posterior a la crisis de 2008. Esto agravado con un dólar más débil, se ha traducido en un aumento de precios de los metales, posicionando hasta la fecha, al aluminio con un incremento del 37%, mientras que el cobalto se cuadriplicó, los precios del cobre y el níquel crecieron en un +44% y +53% respectivamente y se duplicaron los precios del zinc, comparado con los precios de principios de 2016.
A pesar de que el crecimiento y la rentabilidad han regresado a la mayoría de los segmentos, la industria metalúrgica permanece como una de los mayores riesgos en la evaluación sectorial de Coface, con una evaluación crediticia de “riesgo alto”. Los competidores más débiles son los que dependen de la venta al mayoreo y sufren con relaciones comerciales desequilibradas con los clientes más grandes.
Tendencias mixtas en 2018 y 2019
Tradicionalmente, el sector metalúrgico se encuentra fuertemente influenciado por las injerencias políticas y las perturbaciones geopolíticas. Las recientes medidas proteccionistas implementadas por Estados Unidos (como aranceles sobre el acero y aluminio importado) tienen hasta el momento, un escaso impacto sobre los productores de metal chinos, debido a que se han reorientado en su producción en dirección opuesta a estos mercado y avanzado hacia el mercado doméstico. Es poco probable que los aranceles compensatorios de China (derivados de las medidas de Estados Unidos) sobre tubos de acero, aceros planos y autos, tengan una repercusión significativa. Por el momento, el crecimiento económico no ha sido obstaculizado, ya que menos de un 1% del PIB de China y Estados Unidos está en juego, pero definitivamente una guerra comercial impactaría el riesgo crediticio de las empresas. Coface anticipa que el apetito por las inversiones y la confianza en los negocios será impactado negativamente en este contexto de riesgo proteccionista en 2018.
Todos los indicadores sugieren que la económica mundial ha pasado su punto máximo de crecimiento, y en teoría, es probable que pueda ejercer mayor presión sobre los precios a partir de 2019. A corto plazo, ciertamente, las tensiones crecientes continuarán presionando los precios a la alza. Esto beneficiará a los metales básicos los cuales serán impulsados por la oleada de la demanda de baterías y los componentes electrónicos. En el periodo de diciembre de 2017 a diciembre de 2019, el aluminio se fijará en un escaso crecimiento del 2%. El cobre deberá seguir la misma tendencia, creciendo un 2.4%, se espera que el níquel y el zinc aumenten en 8% y 14% respectivamente. Esto forzará a los consumidores finales, como los manufactureros de baterías y autos, a encontrar otros materiales en caso de escasez o precios altos.
En contraste, los precios del acero probablemente caerán un 19% sobre el mismo periodo. Se espera incremente el exceso de capacidad, debido a la falta de disciplina en la capacidad de producción de los acereros chinos durante los periodos de precios débiles. Este escenario base de caída de precios en metales férreos, está sobretodo sustentado en los altos niveles de endeudamiento de las compañías. Las tasas de endeudamiento neto son especialmente altos en China, donde el sector está dominado por las grandes empresas gubernamentales, así como también en Estados Unidos (15%), donde las compañías están mucho más expuestas a correcciones potenciales en los flujos de caja.